

Si me pregunto, cómo acabe dedicándome a esto, ahora puedo decir que creo ,que fue fruto de satisfacer un anhelo que ha estado siempre en mí y que hasta la enfermedad de mi padre y su posterior perdida no había sabido atender, mirar, ni tan si quiera darle su lugar.
Supongo que ese momento de mi vida, necesitaba que algunas cosas empezara a tener sentido y otras cosas dejaran de tenerlo.
Siempre creí que tenía un don y una facilidad, para conectar con las personas, unirlas, acompañarlas, recordarlas su poder, mirarlas donde ellas no se atrevían, poner palabras a lo que no las tenía. Hacerlas sentir en casa.
He sido muleta invisible y apoyo, de ese que no se dejaba ver pero que sabias que te sostenía.
Ahora que me conozco, sé que era mi naturaleza, parte de mi esencia, y que solo estaba esperando a que yo la reconociera.
Ahora que me he atrevido a mirarme se dé que estoy hecha, estamos unidas, y confiamos en hacer mucho bien juntas.
De alguna forma siempre estuvo en todo lo que hice anteriormente, y ha estado presente en todos mis trabajos, retos personales, relaciones y situaciones que me han marcado.
Mis valores son la empatía, conexión, y entrega y voy con ellos allá donde vaya, y están presentes en mi forma de vivir y en mi forma de trabajar.
Siempre fui curiosa e insaciable, ya de adolescente me encantaban los remedios naturales, y jugaba de forma inocente a buscar que otras formas de cuidarnos había.